31 de marzo de 2010

Una boda en Villavieja

El 17 de Febrero de 1897, el periódico provincial "El Adelanto" recogía en primera página el relato de una boda celebrada el sábado día 13 de Febrero en Villavieja. Con el estilo típico -más bien exagerado y recargado- que se le daban a las noticias en aquellos años el corresponsal de dicho medio informativo en la villa charra lo contaba de la siguiente manera:

UNA BODA EN VILLAVIEJA

Tiene Villavieja nombre y fama en la provincia por las pequeñas industrias á que se dedican sus vecinos, y principalmente por ser residencia de acaudaladas familias que, de modesto origen, se encuentran hoy en la cima de inmensa fortuna, elaborada con el ahorro y el trabajo, para mostrar con toda evidencia la evolución que experimentan las cosas á través del tiempo.

¿Quién no conoce en la comarca las casas y las propiedades de los Celestinos?

Este fué el nombre del fundador del capital de esas familias, y este será el que, con orgullo, conserven sus sucesores, como guardan el suyo los títulos de Castilla en honor de sus antepasados y para satisfacción de los que ostentan el escudo de la casa.

Andrés y Agustín García llamáronse los dos hermanos que dieron renombre a las dos ramas de los Celestinos, que hoy se unen en nuevo lazo con la boda, celebrada el día 13, de dos de sus nietos, María Francisca Rodríguez García y Tomás García Torres, jóvenes que, por sus simpatías, por las relaciones del representante de las casas, padre político de la novia, don Salustiano Galache, han puesto en movimiento la comarca con motivo de su enlace.

Sería tarea difícil describir con todos sus detalles la ceremonia de la boda, que si por su color local recuerda patriarcales costumbres, se caracteriza, á la vez, por rasgos propios de la moderna aristocracia, resultando mezcla originalísima con todos los encantos del pasado y los atractivos de nuestro tiempo.

Figúrese el lector un banquete de doscientos cubiertos, servido con la puntualidad y el esmero de acreditado restaurant, con variados platos, vinos y licores, y al final elocuentes brindis; más tarde el baile clásico del país, y la novia y sus amigas, que en la iglesia lucieron elegantes trajes de seda, de corte moderno, transformadas en preciosas charras, con más oro en su pecho que puede constituir la reserva de un establecimiento de crédito, y así se formará idea de lo que es una boda de esta aristocracia del campo, más poderosa por sus tesoros que lo son las que conservan la tradición y la historia de otras épocas.

Al contemplar tan lindas muchachas y fijar la atención en la riqueza colgante de su pecho, se piensa en un nuevo empréstito nacional y en la posibilidad de acometer, con éxito, las grandes empresas, que han llegado a ser, hasta hace poco tiempo, el ideal de los españoles.

Si el ministro de Hacienda persiste en su propósito de convertir en moneda las barras de oro del Banco de España, y quiere continuar su obra monetaria, ya sabe, si lee esta carta, dónde encontrará materia prima para tal objeto; y si quiere dirigirse á las hermosas charras que ostentan tanto oro en forma de caprichosas alhajas, he aquí sus nombres: María Francisca Rodríguez García y Nicolasa García, novia y madrina respectivamente; Isabel Rodríguez, Gerónima Galache, Francisca García, Manuela y Dorotea Barco, Marcelina Sánchez y Aurora Galán; Josefa García, de Fuenteliante; Adelaida Vicente Muñoz, de Saldeana; Felipa y Feliciana, de Retortillo; Teresa Bernardo, de Sancti-Spíritus, y otras no menos elegantes, distinguiéndose entre ellas, por la sencillez de su toilette, Celia González Domingo que, como fugaz estrella en cielo de tanta belleza, ha aparecido aquí estos días.

En la ceremonia religiosa y en las demás fiestas, se veían concurrentes de varios pueblos, de Fueuteliante, Yecla, Bañobárez, Guadramiro, Villar de Peralonso Retortillo, Villares, Sancti-Spiritus, Buenamadre, Muelleres, Saldeana, Lumbrales, Ciudad Rodrigo, Fuente de San Esteban y Vitigudino, y de cada uno lo más distinguido por su posición ó por su importancia, mezclándose en las conversaciones la nota científica, por hallarse presente el laureado médico de Villavieja señor García Alonso, el tono festivo de Chinito, que ha venido acompañado de varios estudiantes de esa ciudad, y algo de política entre la gente aficionada, que no faltaba, pues entre otros han asistido a la boda don Manuel García Cid, diputado provincial; don Julio Sánchez, candidato en las últimas elecciones, y el diputado a Cortes señor González Domingo, á quien, con este motivo, han saludado muchos y buenos amigos de los que cuenta en esta tierra.

El Corresponsal.

Villavieja 15 de Febrero de 1897.