27 de septiembre de 2011

Un alcalde y un pueblo feliz

Con ese título publicaba un artículo El Adelanto a finales del mes de Diciembre del año 1900, precisamente el último del siglo XIX. La cosa se refería a que a la localidad de Vitigudino le había caido en suerte el cuarto premio de la Loteria de Navidad y que había sido precisamente su alcalde el "causante" de la lluvia de pesetas que llegó a esta población charra.

Nuestro corresponsal en aquella villa nos ha enviado detalles sobre la distribución de las 500.000 pesetas correspondientes al premio cuarto de la lotería de Navidad, con que la capital del partido y algunos pueblos del mismo han sido favorecidos. El reparto del billete había sido hecho en muchas y pequeñas fracciones, por lo que numerosas familias, entre ellas, muchas poco acomodadas, están de enhorabuena. Persona ha habido que solo llevaba en el billete premiado una participación de quince céntimos y otra de cinco. He aquí una lista, aunque no completa, de los favorecidos por la suerte:
  • Don Julio Sánchez, abogado, Alcalde de Vitigudino y poseedor del billete, 50.000 pesetas.
  • Juez de Primera instancia, 5.000 idem.
  • Fiscal municipal, 12.500 idem.
  • Don Manuel García Cid, diputado provincial, 2.500 idem.
  • Señor Gutiérrez, diputado provincial, 7.500 idem.
  • Señor Ledesma, abogado, 2.500 idem.
  • Señor Peñato, comerciante, 10.000 idem.
  • Cuatro sacerdotes, a 2.500 pesetas cada uno, 10.000 idem.
  • Otro sacerdote, llamado don Elias. 4.000 idem.
  • Don Olegario Sánchez, 2.500 idem.
  • Don Manuel Sánchez, 7.500 idem.
  • Don Hipólito Vicario, 1.250 idem.
  • Señor Sansegundo, procurador, 12.500 idem.
  • Señor García Cid, procurador, 5.000 idem.
  • Doña Engracia Delgado, 2.500 idem.
  • Don Luis de la Cruz, 2 500 idem.
  • Señor Mendivil, 2.500 idem.
  • Don Mariano G. Criado, 1.500 idem.
  • Señorita Elvira Sánchez, 2.500 idem.
  • Señor Bringas, novio de la anterior, 2.500 idem.
  • Concha la modista, 1.250 idem.
  • A tres serenos, 2.500 idem.
  • Bernardo Iglesias, 1.500 idem.
  • Ezequiel Martín, 1.500 idem.
  • Vicente Gallego, 500 idem.
  • Patrocinio Morales, 500 idem.
  • En la fonda de La Forja, 1.500 idem.
  • Pedro Cenizo, 5.000 idem.
  • Señor González, escribano, 2.000 idem.
  • La Basilisa, 500 idem.
  • Juan Víctor, 5.000 idem.
  • Señor Tomás, el carretero; 2.500 idem.
  • Gonzalo Martín y hermanos, 2.500 idem.
  • Toribio Cuadrado (por cinco céntimos), 25 idem.
  • El maleta Carnero, 125 idem.
  • Un albañil de Bogajo (por 15 céntimos), 75 idem.
  • Diego Alonso, 250 idem.
  • El Registrador de la Propiedad, 2.500 idem.

Un rasgo digno de ser publicado. El joven Juan Victor Alonso, que jugaba 10 pesetas en el billete premiado, quiso dar una participación de 5 pesetas al telegrafista señor Ballesteros, en el mismo día del sorteo. Precisamente, cuando se le hacía esta proposición, el digno funcionario acababa de recibir el telegrama en que se daba la noticia de que el número 1305 en que se le brindaba participación, había obtenido el cuarto premio de 500.000 pesetas. Por eso dio las gracias a su amigo, añadiendo que preparase la bandeja con los dulces, pues pronto iría a tomar uno y a felicitarle; pero que no podía aceptar su ofrecimiento, porque en aquel momento acababa de saber que el número en que jugaba había sido agraciado con el cuarto premio. Este rasgo de honradez es digno de alabanza.
Nuestro particular amigo, don Manuel Sánchez, favorecido también por la suerte, nos escribe de igual modo detalles del reparto, que no publicamos por coincidir con los anteriores.

UN ALCALDE Y UN PUEBLO FELIZ

La coincidencia de haber sido el alcalde, don Julio Sánchez, el encargado de tomar un billete para repartirlo entre el pueblo que tan dignamente rige, y ser éste el número 1.305, premiado con el cuarto premio del sorteo de Navidad, hace que la atención de la provincia se fije hoy por completo en Vitigudino, villa harto conocida para los asiduos lectores de las crónicas del festivo Taboada, y en absoluto desconocida y olvidada hasta el presente, y por desgracia, en todo lo que se refiere a la vida de relación y de progreso.
Es Vitigudino un pueblo pintoresco de la provincia de Salamanca, que por su admirable situación geográfica, la no escasa producción de su suelo y la índole apacible de sus habitantes, hacen de él un rinconcito agradable y simpático. Pero todas estas que, indudablemente, serían ventajas con las que no podrán contar muchos pueblos comarcanos, quedan completamente anuladas al tropezar con la apatía que hasta aquí han tenido las personas, dignas, dignísimas por otros conceptos, que le han representado; el abandono é inercia de los vecinos pudientes de la localidad, y, más que nada y sobre todo, el caciquismo y la política callejera que, como en ninguna parte, impera en toda esta región castellana.
Bien sabe Dios que, al citar todas estas deficiencias que noto en mi pueblo, es por el cariño que le profeso y el firme deseo y confianza que abrigo de su regeneración y desenvolvimiento progresivo. Hoy, que nos representa en Cortes el laureado autor de La reina y la comedianta y de Nerón, cuya buena estrella parece haberse aquí dejado sentir; que tenemos en la provincia, como representantes también, los ilustres letrados señores García Cid y Gutiérrez y, por fin, un alcalde que con tan buenos auspicios se ofrece a su pueblo, justo es esperar no desaprovechemos la suerte que se nos brinda, y saliendo de la apatía y marasmo a que estamos reducidos, demos inequívoca prueba de ser un pueblo laborioso y amante de la cultura y el progreso. ¡Feliz despedida del siglo XIX y feliz, felicísimo augurio del siglo XX se ofrece hoy a los vitigudinenses.
FERNANDO DEL ARCO Y ELIAS.

.